Si hay un tipo de activos que le gusta al inversor más conservador estos son, sin duda, los de renta fija. Nada como saber de antemano la rentabilidad que lograré con mi inversión a una fecha determinada, condición que funciona tanto en la deuda pública como en la privada, siempre que mantengamos los títulos comprados hasta su vencimiento.

¿Tiene riesgo invertir en renta fija?

Sin embargo, esa sensación de seguridad no siempre responde a la realidad, ya que como toda inversión, siempre hay alguna posibilidad de no alcanzar esa rentabilidad o, incluso, de perder el dinero invertido. Efectivamente, ante la pregunta de si la renta fija tiene riesgo, la contestación es sí.

Actualmente, los riesgos más obvios a los que se enfrenta la renta fija tienen que ver con la economía: cómo se comportará la inflación, los movimientos de los tipos de interés o la incertidumbre sobre la marcha de la economía tienen su repercusión, ya que determinan la rentabilidad que ofrece el emisor.

Tipos de riesgo en la inversión en renta fija

Veamos cuáles son los principales tipos de riesgos para ser conscientes de ellos cuando decidamos realizar inversiones en renta fija.

Riesgo de crédito

También llamado riesgo del emisor, es quizás el más obvio, ya que se refiere a la posibilidad de que un emisor de un título de renta fija incumpla sus obligaciones de pago, bien sean los intereses periódicos prometidos, la devolución del principal al vencimiento o ambos.

Si el emisor de esos títulos no tiene solvencia financiera suficiente para hacer frente a esas obligaciones de pago, diremos que el riesgo de crédito se ha materializado. Y cuanto mayor sea la probabilidad de que eso ocurra, mayor es el riesgo de crédito y, por lo tanto, la remuneración tendrá que ser más atractiva para que al inversor le merezca la pena asumir ese riesgo.

En los mercados existen empresas dedicadas a medir el riesgo de crédito de los emisores de renta fija y otorgar una calificación para cada uno y también para las emisiones que realizan. A esta valoración también se le llama rating.

Riesgo de mercado

Hay que recordar que la deuda se puede comprar en el momento de la emisión o en los mercados secundarios, donde se negocian los títulos a diario, sufriendo continuas fluctuaciones. Por eso, existe la posibilidad de que los valores coticen por debajo del precio que pagamos por ellos inicialmente.

Aquí hay que indicar que las variaciones de precios de la renta fija cotizada dependen, sobre todo, de la evolución de los tipos de interés, de la oferta y demanda en el mercado y de las condiciones económicas del momento.

Así, por ejemplo, si vendo en el mercado secundario un bono a 5 años con un cupón del 3% y ahora la rentabilidad que se ofrece es mayor, del 3,75%, lógicamente su precio en el mercado bajará. Si, por el contrario, los tipos han bajado y ahora los bonos a 5 años ofrecen una rentabilidad menor, ese título resultará muy atractivo para el inversor que quiera comprar.

Riesgo de liquidez

De nuevo estamos en el mercado secundario y ahí existe el riesgo de que no se encuentre contrapartida para vender o comprar un título. Lo cierto es que cuando queremos vender un título de renta fija, lo habitual es encontrar un inversor en el mercado que lo adquiera, pero no siempre hay interés por los mismos activos y nos podemos encontrar con que no haya contraparte para realizar la operación. El riesgo de liquidez, por tanto, es la dificultad de hallar compradores para el producto en el mercado secundario.

Entre los factores que afectan a la liquidez de un instrumento distinguimos tres:

Volumen de la emisión: cuanto mayor sea, más líquido será el activo, ya que existirá un número de títulos más elevado para ser intercambiado.

Eficiencia de la negociación: un mercado se considera eficiente en la negociación si permite ejecutar operaciones de una forma rápida y contando con una cámara de compensación y liquidación.

Costes de transacción: cuanto más reducidos y con menos trabas legales o fiscales, mejor para que los inversores realicen operaciones.

Todos estos riesgos los asumimos como inversores individuales, pero también están expuestos a ellos los gestores de fondos de inversión de renta fija o mixtos que deciden las operaciones que van a realizar en las carteras. En ocasiones no encuentran en el mercado secundario quien les venda títulos de su interés o, al contrario, no hallan quien los compre los activos de los que se quieren desprender.